Del 25 al 30 de marzo, más de 6.300 jóvenes adventistas se reunieron en Barquisimeto para vivir una experiencia inolvidable en el camporee «Fieles hasta el final». Provenientes de 218 clubes de los 10 estados del Occidente del país, los participantes disfrutaron de una semana llena de actividades espirituales, recreativas y de crecimiento personal.
Liderazgo inspirador y bautismos emotivos
El evento contó con la presencia de líderes internacionales como el Pr. Busi Khumalo, director mundial de los Jóvenes Adventistas, y el Pr. Al Powell, director de Jóvenes para Interamérica, su mensaje inspiró a los jóvenes a seguir firmes en su fe y a ser ejemplos de compromiso y servicio, a su vez se engalanó el camporee con la presencia del Dúo Zimrah, quien nos deleitó con su música, alabando a nuestro Dios.
Uno de los momentos más emotivos del camporee fue la ceremonia bautismal, donde 55 jóvenes escucharon el llamado de Dios y entregaron sus vidas a Él. La alegría y el fervor espiritual se respiraban en el ambiente mientras los nuevos miembros de la iglesia eran bautizados.
Reconocimiento y crecimiento
El sábado por la tarde, 725 jóvenes recibieron sus investiduras en las áreas de Guía Mayor y Conquistadores, un reconocimiento a su dedicación y esfuerzo en el desarrollo de sus habilidades y valores.
Además, el camporee brindó la oportunidad de que los jóvenes aprendieran y crecieran en su fe. Se impartieron clases en 42 especialidades diferentes, y más de 1.000 jóvenes recibieron parches por completarlas.
Diversión y esparcimiento
Para complementar la experiencia, el camporee ofreció una amplia gama de actividades recreativas y de esparcimiento. La piscina, la Ciudad Extrema, el canotaje, los paseos a caballo, el museo del Santuario y el serpentario fueron algunos de los espacios donde los jóvenes disfrutaron de momentos de alegría y camaradería.
Un cierre memorable
El camporee «Fieles hasta el final» culminó y todos los jóvenes regresaron a sus hogares con corazones llenos de alegría, recuerdos inolvidables y un compromiso renovado con su fe.
Este evento sin duda ha marcado un hito en la historia del movimiento adventista en el Occidente del país. La experiencia del camporee ha fortalecido la fe de los jóvenes y los ha motivado a seguir adelante con entusiasmo y esperanza.
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